El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) anunció este miércoles la aparición de una sequía meteorológica débil en El Salvador, relacionada a la presencia del fenómeno de El Niño, entre otros factores.
La cartera de Estado informó que desde el 13 de junio se contabilizan hasta siete días secos consecutivos en algunas zonas de La Unión, Morazán, San Miguel, todo Usulután y parte de San Vicente y La Paz.
También hay sequía débil en ciertas localidades de Ahuachapán, Sonsonate y La Libertad. En el resto del país se reportan menos de cuatro días secos consecutivos.
El MARN explicó que la sequía es débil cuando se acumulan entre cinco y 10 días consecutivos sin lluvias. La intensidad aumenta a moderada si se alcanzan entre 11 y 15 días, mientras que si supera los 16 días ya se considera fuerte.
“Las condiciones actuales de humedad en el suelo se ubican en la categoría de muy seco a seco, en el sur de La Unión y San Miguel. El resto del territorio está normal, húmedo o muy húmedo”, indicó el ministerio en un informe especial.
Entre las causas de esta disminución en las lluvias está la presencia débil del fenómeno de El Niño, un ligero enfriamiento en las aguas del caribe, presión atmosférica ligeramente alta y la llegada desde África de vientos muy acelerados, que atraviesan el Océano Atlántico y arrastran polvo del Sahara.
También contribuye el ambiente caluroso y brumoso, indicó la fuente oficial.
Las perspectivas del Centro de Pronóstico Meteorológico indican que la condición del viento “continuará acelerada por una semana más sobre el territorio oriental del país, ocasionando una disminución en la cantidad de lluvia, especialmente en la zona paracentral y oriental”.
En abril pasado, el Foro del Clima de América Central y el Foro Hidrológico de América Central pronosticaron la aparición de una sequía entre junio y julio.
Ante estos pronósticos, los productores agrícolas anunciaron que atrasarían las labores de siembra, pues ya en 2018 se enfrentaron a una de las sequías más extremas registradas en el país, porque se prolongó hasta 40 días en algunas regiones.
Esta ausencia de lluvias dejó $42.3 millones en pérdidas por la afectación de 2.8 millones de quintales de granos básicos, según datos recolectados por el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) durante el año pasado.