Reducir las consecuencias del cambio climático y combatir la desigualdad de género desde los gobiernos corporativos son los grandes retos que muchas empresas han decidido encarar a través de prácticas de responsabilidad social empresarial (RSE), aseguraron ayer ejecutivos de Tigo El Salvador, DELSUR, y la Asociación Azucarera de El Salvador.
Las empresas compartieron ayer sus estrategias de sostenibilidad en un conversatorio organizado por la Fundación Empresarial para la Acción Social (Fundemas), previo a la Semana de la RSE y Sostenibilidad 2019, que se desarrollará del 8 al 12 de julio.
“Queremos hacer un llamado de urgencia ante la necesidad que tenemos como país, en un mundo cada vez más comprometido en su sostenibilidad”, aseguró Patrick Murray, representante de Fundemas.
El CEO de Tigo El Salvador, Edgard Grande, aseguró que la estrategia de RSE de la compañía tiene tres pilares fundamentales: empoderamiento femenino a través de la tecnología, protección de niños y jóvenes a los riesgos de Internet, y apoyo a las comunidades; así como un eje transversal para prácticas sostenibles en manejo de desechos electrónicos.
Uno de sus programas, “Conectadas”, ha logrado capacitar a más de 45,000 mujeres en acceso a Internet. “Hemos identificado que la brecha digital entre hombres y mujeres es un fenómeno que persiste sobre todo en América Latina y queremos acortarla (...). Siete de cada 10 mujeres son cabezas de hogar en este país” aseguró Grande, quien destacó que acercar la tecnología a estos hogares puede influir en la calidad de vida de toda una familia.
Asimismo, Roberto González, gerente general de la distribuidora eléctrica DELSUR, aseguró que la compañía ha sido pionera en iniciativas para reducir la brecha de género en el sector energético. “Desde 2014, trabajamos para formar técnicamente a mujeres como electricistas, eliminando estereotipos sobre la capacidad de las mujeres para desempeñarse en este rubro”, afirmó.
DELSUR, aseguró, apuesta también por impulsar la electromovilidad en El Salvador “con el propósito de reducir el impacto ambiental de las emisiones de carbono que generan los vehículos tradicionales, y el impacto que estos contaminantes tienen en la salud”. El año pasado, importaron el primer auto eléctrico y en agosto de este año proyecta lanzar la primera electroestación de DELSUR.
Julio Arroyo, director ejecutivo de la Asociación Azucarera, aseguró que el sector está impulsando buenas prácticas en toda la cadena productiva de la caña de azúcar, pero el mayor reto sigue siendo en las prácticas agrícolas y llevar la tecnología a pequeños productores para reducir el impacto ambiental.
“El sector aporta más de 50,000 empleos directos y estabilidad laboral para muchos salvadoreños, por lo que no puede negarse el beneficio de la industria. El reto está en hacer que la industria sea sostenible”, destacó.
Ante el cambio climático, el sector apuesta por generar de energía renovable con biomasa, que hoy en día aporta el 10 % de la energía nacional.